El propósito central de este libro es mostrar hasta qué punto está presente en
la naturaleza misma de las emociones categorizadas como conflictivas, su
condición de señal.
Del mismo modo que las luces del tablero de mandos del automóvil se
encienden e indican que ha subido la tempe-ratura o queda poco combustible,
cada emoción es una luz de tonalidad específica que se enciende e indica que
existe un problema a resolver.
El miedo, la ira, la culpa, la envidia, etc., son estupendas y refinadísimas
señales, que alertan, cada una de ellas, acerca de un problema particular y su
función es remitir a ese problema.
Por lo tanto, las emociones son aprovechadas completamente cuando uno
aprende qué problema específico detecta cada emoción y cuál es el camino que
resuelve el problema detectado.